Imagina el bullicio de la Puerta del Sol un 2 de mayo de 1808: miles de madrileños, indignados, se congregan frente a la Real Casa de Correos, alzando la voz contra la ocupación francesa. Ese día, Madrid se convirtió en el epicentro de una rebelión que marcó el inicio de la Guerra de la Independencia, un capítulo que aún resuena en las calles, plazas y museos de la capital.
Esta ruta te invita a recorrer los lugares donde héroes como Manuela Malasaña, Luis Daoíz y Pedro Velarde, junto a ciudadanos anónimos, escribieron una página imborrable de la historia. Cada esquina de esta ruta cuenta una historia: la valentía de una joven costurera, el sacrificio de dos capitanes o el silencio de un cementerio que guarda la memoria de los fusilados.
Estos lugares, hoy llenos de vida, terrazas y cultura, te permitirán revivir aquellos días mientras descubres el Madrid actual. Si quieres sentir el pulso de una ciudad que no olvida a sus héroes, coge calzado cómodo y déjate guiar por las calles que forjaron su identidad. Comenzamos en la Plaza del Dos de Mayo, el lugar donde todo cobró vida.
Pero antes….Un poco de historia
La Guerra de la Independencia española no fue un conflicto surgido de la nada. Fue el resultado de años de tensión política, debilidad institucional y maniobras internacionales. En los primeros años del siglo XIX, España estaba gobernada por Carlos IV, un rey cada vez más desprestigiado y bajo la influencia de su valido, Manuel Godoy. Mientras tanto, Napoleón Bonaparte, en pleno auge de su poder, buscaba dominar Europa y convertir a España en un simple satélite de su imperio.
En 1807, bajo el pretexto de invadir Portugal, Napoleón firmó con Godoy el Tratado de Fontainebleau, que permitía el paso de tropas francesas por territorio español. Pero lo que parecía una alianza estratégica fue, en realidad, el primer paso hacia la ocupación. Pronto, miles de soldados franceses se desplegaron en las principales ciudades del país. En marzo de 1808, la presión popular obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo Fernando VII, pero Napoleón los convocó a ambos en Bayona y les obligó a ceder el trono a su hermano, José Bonaparte.
Mejor si te lo cuenta un guía profesional
Para una experiencia completa puedes complementar lo que te contamos aquí con esta visita guiada por los lugares del levantamiento del 2 de mayo. Nosotros la hicimos para documentarnos para este artículo y la recomendamos.
Madrid, sumida en la incertidumbre, vivía días tensos. El 2 de mayo, al intentar sacar del Palacio Real a los últimos miembros de la familia real para enviarlos a Francia, estalló la revuelta. El pueblo, sin apenas armas, se enfrentó al mejor ejército del mundo. Aunque la rebelión fue sofocada con brutalidad, el eco de ese día se extendió por todo el país y encendió la chispa de una guerra de guerrillas que duraría seis años.
La ruta por el Madrid del 2 de Mayo
Plaza del Dos de Mayo. El corazón de la rebelión
Comenzamos nuestro paseo por el Madrid del 2 de Mayo y la Guerra de la Independencia en el epicentro de la historia, en el barrio de Malasaña, bautizado así en honor a Manuela Malasaña, la joven costurera que se convirtió en símbolo de la resistencia. En el centro de la Plaza del Dos de Mayo, un arco conmemorativo honra a los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde, quienes lideraron la defensa del Parque de Artillería de Monteleón contra las tropas francesas.
Aquí, el 2 de mayo de 1808, un puñado de soldados y civiles se enfrentó al poderoso ejército napoleónico. Los relieves del monumento narran su valentía, mientras la inscripción recuerda su sacrificio.
Hoy, la plaza es el alma de Malasaña, con terrazas animadas, familias y un ambiente bohemio. No dejes pasar la oportunidad de leer la inscripción y siente cómo la historia vibra en el corazón del barrio.

Una plaza que parecen dos
Tienes dos opciones para visitar un plaza que parece cambiar a lo largo del día. O por la mañana para disfrutar de su calma o al atardecer para sumergirte en el bullicio.
Desde este epicentro de la rebelión, nuestro paseo nos lleva a un lugar donde aún resuenan los ecos de los cañones.
Cuartel de Monteleón
A pocos pasos, en la calle San Bernardo, se alzaba el Parque de Artillería de Monteleón, donde Daoíz y Velarde resistieron con un grupo de valientes. Aunque el cuartel fue demolido durante las reformas urbanas del siglo XIX, una placa y una escultura conmemorativa marcan el lugar. Ellos tampoco sobrevivieron sin saber que siglos después la ciudad les recordaría como unos héroes.
Esta fue la escena de una de las batallas más intensas del 2 de mayo, un acto de resistencia que inspiró la lucha en toda España.
Chueca y Malasaña, dos barrios muy especiales
Si tienes tiempo, combina esta visita con un paseo por las calles de Malasaña, como la calle Pez, donde encontrarás tiendas vintage y cafés con encanto. Puedes hacer también esta visita guiada por Chueca y Malasaña en la que te contarán diversas historias muy interesantes.
La plaza es tranquila, ideal para una pausa reflexiva. La escultura invita a imaginar el fragor de aquel día.
Dejamos la intensidad de Monteleón para adentrarnos en el Madrid del siglo XIX a través de un museo que nos transporta en el tiempo.
Museo de Historia de Madrid
Callejeando llegamos a la bulliciosa Calle Fuencarral, donde el Museo de Historia de Madrid ofrece una ventana al pasado. Su impresionante maqueta de la ciudad en 1830 muestra cómo era Madrid durante la Guerra de la Independencia, mientras que grabados de Goya y documentos históricos narran el conflicto.
La maqueta permite visualizar el trazado urbano de la época, pero lo más importante del museo es la sala dedicada a la Guerra de la Independencia donde podrás entender lo ocurrido gracias a diversos grabados, objetos, documentos y cuadros. Además, la entrada es gratuita, y su ubicación céntrica lo hace perfecto para una pausa cultural. Las exposiciones te sumergen en la vida madrileña de entonces.
Mejor con visita guiada
Si quieres visitar el museo de la mejor forma, esta visita guiada por el Museo de Historia de Madrid es perfecta para entenderlo todo y el contexto histórico.
Dedica al menos una hora para explorar las salas. Con el contexto histórico en la mente, nuestro paseo nos lleva al corazón de Madrid, donde todo comenzó.

Real Casa de Correos y la Puerta del Sol
Caminando por la calle Fuencarral, y tras cruzar la Gran Vía resistiendo la tentación de sus tiendas, llegamos a la Puerta del Sol, epicentro de la ciudad y escenario del estallido del 2 de mayo. Frente a la Real Casa de Correos, hoy sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, miles de madrileños se congregaron para protestar contra la ocupación francesa.
Aquí, la indignación por el traslado del infante Francisco de Paula desencadenó el alzamiento popular. Una placa en la Real Casa de Correos recuerda aquellos momentos. Hoy en día, la Puerta del Sol es un hervidero de vida, con el Kilómetro Cero, la estatua del Oso y el Madroño y el reloj de la Casa de Correos, famoso por las campanadas de Fin de Año. Su energía conecta el pasado con el presente.
Busca la placa conmemorativa en la fachada de la Real Casa de Correos y tómate un momento para imaginar el clamor de 1808 en medio del bullicio actual. Después dejamos el ajetreo de la Puerta del Sol para caminar hacia la majestuosidad de un palacio que fue testigo del caos.

Plaza de Oriente y el Palacio Real
A pocos minutos, caminando por la Calle Arenal llegamos a nuestro siguiente destino. La Plaza de Oriente y el Palacio Real nos trasladan a la mañana del 2 de mayo, cuando los madrileños se agolparon frente al palacio para impedir la salida de los infantes reales.
Este acto de desafío marcó el inicio del levantamiento. La tensión frente al palacio reflejó el rechazo popular a la ocupación napoleónica. La Plaza de Oriente, con sus jardines y vistas al Palacio Real y al Teatro Real, es un remanso de calma. El palacio ofrece visitas guiadas que muestran su esplendor. Por ejemplo, esta visita guiada está muy bien.
Si tienes tiempo, aunque no es objeto de este recorrido, entra al Palacio Real para ver el Salón del Trono y la Armería Real. La plaza es perfecta para fotos al atardecer, junto a la Galería de las Colecciones Reales. Desde la grandeza del palacio, nuestro recorrido nos lleva a una vía donde la chispa del conflicto se encendió.

Cuesta de San Vicente. La chispa del conflicto
Camino del Cementerio de la Florida, nos detenemos en la Cuesta de San Vicente, una vía histórica que conectaba el Palacio Real con el río Manzanares. El 2 de mayo de 1808, por esta pendiente transitaron las tropas francesas escoltando a los infantes reales, cuando una multitud de madrileños intentó bloquear su paso, desencadenando los primeros enfrentamientos de la jornada.
Este fue uno de los primeros puntos de enfrentamiento entre civiles y soldados franceses, marcando el paso de la protesta a la insurrección. Hoy es una arteria urbana con vistas al Parque del Oeste y al Palacio Real. Aunque moderna, su ubicación evoca la tensión de aquel día.
Desde esta vía cargada de historia, nos dirigimos a un lugar de silencio y homenaje.
Cementerio de la Florida (junto al Parque del Oeste)
Nos dirigimos hasta el Cementerio de la Florida, un lugar solemne donde descansan los 43 madrileños fusilados por los franceses el 3 de mayo de 1808, inmortalizados por Goya. Una capilla y lápidas sencillas honran su memoria.
El cementerio es un testimonio del sacrificio de los héroes anónimos que inspiraron la resistencia nacional. Menos conocido que otros lugares de Madrid, este rincón tranquilo contrasta con el bullicio de Madrid. Su ubicación cerca del Parque del Oeste lo hace ideal para una visita reposada.
Con el recuerdo de los héroes en el corazón, nuestro paseo culmina en un lugar donde el arte inmortalizó su sacrificio.

Museo del Prado. Donde quedó inmortalizado
Para culminar nuestro recorrido, nos dirigimos al Museo del Prado, donde las obras maestras de Goya, El 2 de mayo de 1808 y Los fusilamientos del 3 de mayo, capturan el caos y el sacrificio del levantamiento. Frente al museo, el Monumento a los Caídos por España, erigido en 1840, rinde homenaje a los héroes de la Guerra de la Independencia.
Las pinturas de Goya son un testimonio artístico de la rebelión, mientras que el monumento simboliza el reconocimiento de Madrid a sus caídos. El Prado es una joya cultural, y estas obras son imprescindibles. El monumento, en los jardines del Prado, es un lugar fotogénico junto al Jardín Botánico.
Por cierto, compra entradas al Prado con antelación y dedica al menos 30 minutos a las salas de Goya. Al salir, pasea por los jardines para encontrar el monumento.

Una ciudad que no olvida y que sigue inspirando
Recorrer estos lugares es caminar tras las huellas de un pueblo que desafió al ejército más poderoso de su tiempo. Madrid honra a sus héroes no solo con monumentos, sino con desfiles y ceremonias cada 2 de mayo, cuando la Plaza del Dos de Mayo y el Cementerio de la Florida se llenan de memoria.
Figuras como Manuela Malasaña, Clara del Rey y tantas mujeres anónimas que lucharon o protegieron a sus familias son parte esencial de esta historia, al igual que la Constitución de Cádiz de 1812, que nació de la resistencia y marcó un hito para la democracia.
El 2 de mayo no fue solo una fecha: fue el nacimiento de una identidad de resistencia y orgullo que aún define a Madrid. Coge calzado cómodo y déjate llevar por las calles que hicieron historia.
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