¿Cuándo fue la última vez que entraste a un blog de viajes desde Google? Probablemente hace mucho. Y no es tu culpa. Es Google el que ha decidido que ya no merecemos ser leídos.
Pocos se atreven a decirlo en voz alta. Algunos incluso aseguran que todo va bien. Pero si tienes un blog , y especialmente si es de viajes, sabes que algo muy serio está pasando. En el último año, las visitas han caído en picado. En muchos casos, incluso aunque las impresiones se mantengan o aumenten, el tráfico ha desaparecido. Y cuando no, Google te ha borrado del mapa sin previo aviso.
Si tú también creas contenido, probablemente lo estés viviendo en silencio. Si solo eres lector, puede que no te hayas dado cuenta… pero lo que está en juego te afecta igual. Porque lo que está ocurriendo no es solo una crisis para los blogs: es una amenaza directa al futuro de Internet tal y como lo conocemos.
Antes de que sigas leyendo queremos aclarar que nuestra crítica está dirigida a los buscadores de internet en general, y a Google en particular. Consideramos que la IA es la gran revolución del siglo XXI y estamos totalmente a favor de su desarrollo. De hecho, algunas de las imágenes mostradas en este artículo han sido creadas por IA.
Así funcionaba internet…y funcionaba bien
Hubo un tiempo en que buscar información en Internet era casi una aventura. Allá por los años 90 y principios de los 2000, tenías que saber exactamente dónde buscar. Usábamos directorios de enlaces y páginas tipo Yahoo como si fueran mapas del tesoro.
Entonces llegó Google. Y lo cambió todo.
Su idea era sencilla pero brillante: rastrear y organizar todo el contenido de la red, y mostrártelo ordenado según un complejo algoritmo que iba mejorando con el tiempo. Lo hacía gratis, para ti. Pero no era altruismo: su modelo de negocio era la publicidad. Esos anuncios que ves al buscar algo o al entrar en cualquier página web.
Google ganaba dinero si la gente usaba su buscador. Pero para que eso funcionara, necesitaba contenido. Mucho contenido. Y ahí entramos los creadores: blogs, webs, foros… todos aportábamos información que Google indexaba y mostraba. A cambio, algunos podíamos ganar algo con AdSense o enlaces de afiliación. Un reparto más o menos justo. Un pacto tácito: tú creas, yo muestro, ambos ganamos. Win-win.
Con el tiempo, ese sistema se consolidó. Muchos escribimos por pasión, por compartir. Otros consiguieron convertirlo en su trabajo. Algunos vivían de ello. Y aunque cada pocos meses Google cambiaba las reglas del juego (actualizaciones de algoritmo, penalizaciones, bailes de posicionamiento), sabíamos jugar. Porque, nos guste o no, Google seguía siendo la puerta de entrada a nuestros contenidos. El motor de búsqueda más usado del mundo, con más de 10 millones de búsquedas por minuto.

Gracias a ese flujo constante de visitas, los blogs seguían vivos. Seguíamos escribiendo. Seguíamos informando. El sistema no era perfecto, pero funcionaba.
Hasta que dejó de hacerlo.
Las actualizaciones de Google que rompieron Internet
Google siempre ha estado ajustando su algoritmo. A veces para bien, a veces para mal. Su promesa siempre ha sido la misma: ofrecer los mejores resultados posibles a quien busca. Y, en general, durante años lo ha conseguido. Por eso seguimos usándolo. Porque, comparado con otros buscadores, funcionaba.
Hasta que dejó de funcionar como esperábamos.
En septiembre de 2023, Google lanzó la actualización conocida como Helpful Content Update (HCU). Sobre el papel, era una buena idea: premiar el contenido realmente útil para los usuarios y filtrar el ruido de baja calidad. Pero en la práctica, lo que ocurrió fue un terremoto: webs que recibían miles de visitas al día vieron su tráfico desplomarse de la noche a la mañana. Algunas llegaron prácticamente a cero.
Lo más grave es que no fueron páginas automatizadas, ni granjas de contenido, ni sitios basura. Fueron blogs personales, especializados, cuidados y escritos por personas con experiencia real, penalizados sin explicación mientras grandes medios llenaban las primeras posiciones con textos genéricos y poco útiles, solo por ser grandes.
Y entonces empezamos a ver lo más desconcertante: foros como Reddit, Quora o TripAdvisor, repletos de contenido desactualizado o de calidad desigual, ascendiendo sin freno en los resultados. De repente, respuestas de hace diez años aparecían por encima de guías de viaje actualizadas, prácticas y bien documentadas.
Al principio, pensamos que era un fallo. Una actualización mal calibrada. Algo que Google corregiría en el siguiente parche. Pero no. La siguiente actualización no solo no arregló nada, sino que hundió aún más a muchos de los blogs que seguían en pie.
Algo no cuadraba. O mejor dicho: algo empezaba a cuadrar demasiado.
Sigue leyendo. Lo entenderás en la siguiente parte.
¿Y por qué falla el HCU?
Cuando Google lanzó la actualización Helpful Content Update (HCU) en septiembre de 2023, muchos pensamos que simplemente estaba mal calibrada. Algo que se arreglaría con el tiempo. ¿Quién no se ha adaptado ya a una actualización mal digerida?
Pero esa corrección nunca llegó. Peor aún: las siguientes actualizaciones no solo no repararon el daño, sino que hundieron todavía más a muchos blogs pequeños que ya estaban tocados.
Y mientras tanto, ¿qué veíamos en los primeros resultados? Reddit, Quora…y más Reddit. A veces con respuestas útiles, sí, pero muchas otras con hilos desactualizados, erráticos o directamente irrelevantes. ¿Por qué estaba un foro, que muchos ya daban por superado, copando resultados en temas tan diversos como viajes, salud o tecnología?
Google decía que los sitios afectados quizás no eran realmente útiles. O que habían abusado del SEO sin pensar en el lector. Y para colmo, publicó una guía de recuperación con recomendaciones genéricas que casi nadie ha logrado aplicar con éxito. Los sitios que cayeron, siguen en el fondo. Los que sobrevivieron, caminan por la cuerda floja.

Reddit + Google = ¿casualidad?
A comienzos de 2024 se filtró un acuerdo entre Google y Reddit: la empresa del buscador usaría el contenido del foro para entrenar su inteligencia artificial. De repente, todo empezó a tener sentido. Reddit cedía su base de datos, y Google le premiaba con posicionamiento.
No tenemos pruebas. Pero tampoco dudas.
Y lo más revelador llegó en octubre de 2024, cuando Google organizó un evento con varios blogueros independientes duramente afectados por la HCU. Decían que querían escuchar. Pero lo que muchos percibieron fue una operación de lavado de imagen: evasivas, respuestas vagas y una negativa rotunda a admitir que los grandes medios, y Reddit, estaban siendo beneficiados deliberadamente.
Varios de los asistentes coincidieron en lo mismo: Google no sabe (o no quiere decir) por qué el algoritmo ha penalizado a tanto contenido útil. Mientras tanto, la sensación general es de impotencia y abandono.
La inteligencia artificial ha llegado… y no viene sola
La inteligencia artificial no es nueva. Lleva décadas entre nosotros, ayudando en segundo plano: optimizando procesos, clasificando datos, personalizando anuncios. Pero todo cambió cuando empezó a hablar. Literalmente.
Herramientas como Siri, Alexa o Google Assistant fueron el primer paso. Simulaban comprendernos, pero solo seguían instrucciones simples. La verdadera revolución llegó con los modelos generativos como ChatGPT, capaces de mantener una conversación, escribir artículos, resolver dudas y hasta planificar viajes. Increíble, sí. Pero también profundamente disruptivo.
Porque no solo automatizan tareas. Generan contenido. Y lo hacen en segundos.

¿De dónde sale la información que dan las IA?
Aquí está el gran detalle que nadie te cuenta: la IA no inventa conocimiento, lo recicla. Aprende a base de leer lo que otros han escrito. Eso incluye libros, artículos, páginas web, foros… todo lo que haya estado disponible en Internet en algún momento.
Cuando OpenAI entrenó sus modelos, usó contenidos sacados de webs, Wikipedia, textos académicos, blogs. Meta, por su parte, utilizó bibliotecas pirateadas como Library Genesis. Otras empresas reconocen que entrenan sus IAs leyendo hilos de Reddit, vídeos de YouTube, blogs especializados, etc.
Todo contenido hecho por personas reales. Sin pedir permiso. Sin pagar nada.
Y aunque ahora haya juicios abiertos contra OpenAI, Meta o Perplexity AI por usar material con derechos de autor, el daño ya está hecho: han construido su tecnología absorbiendo el trabajo de millones de creadores que jamás consintieron que su contenido se usara como materia prima para una máquina.

¿Y cómo afecta esto a los blogs de viajes?
La irrupción de ChatGPT cambió la forma en la que buscamos información. En vez de abrir blogs o consultar guías, cada vez más usuarios simplemente preguntan a una IA. Y no solo eso: los propios buscadores se están reconvirtiendo en asistentes inteligentes.
Google no quiere que salgas de su ecosistema. Por eso nació Google AI Overviews, ese resumen que aparece encima de todo, incluso antes de los anuncios, y que responde directamente a tu búsqueda con contenido generado por IA.
¿Consecuencia? Cada vez más personas resuelven sus dudas sin hacer clic en nada. A esto se le llama zero click search, y ya afecta a cerca del 40% de las búsquedas. En sectores como salud o seguros, supera el 90%.
Y los más perjudicados somos los que creamos contenido informativo: blogs de viajes, webs de ayuda, tutoriales, reseñas independientes…
Porque ahora, si quieres organizar tu viaje a Madrid, no necesitas leer ningún blog. Google te da un resumen. O ChatGPT te hace un itinerario personalizado.
Pero las IA no viajan
El problema es ese: las IAs no han estado nunca en Madrid. No han caminado por sus calles, ni probado sus bares, ni pasado calor en el Retiro. No saben qué se siente ni lo que realmente vale la pena. Y por eso, aunque lo disimulen bien, fallan. Mucho.
Te proponen rutas imposibles, donde necesitas teletransportarte de un barrio a otro. Te recomiendan restaurantes cerrados hace años. O monumentos que… nunca han existido. Literalmente.
Estos errores, conocidos como “alucinaciones”, son parte del sistema. Las IA inventan datos si no están seguras. Y aunque eso irá mejorando, lo cierto es que mientras tanto, los blogs reales pierden visitas, visibilidad e ingresos. Porque aunque el contenido humano siga siendo mejor, ya casi nadie lo ve.

¿Por qué decimos que internet ha muerto?
Si has llegado hasta aquí (gracias por ello), ya habrás comprendido parte del problema: las inteligencias artificiales se alimentan del contenido que millones de personas hemos creado durante años, muchas veces de forma gratuita, otras con el modesto incentivo de un ingreso que lo hacía sostenible.
Blogs como este han ofrecido información libremente a todo aquel que quisiera aprender, viajar, descubrir. Y ahora, esas mismas IA recopilan, condensan y redistribuyen todo ese conocimiento… sin darte una razón para visitar el sitio original.
Si preguntas cuántos planetas tiene el Sistema Solar, está bien. Es un dato cerrado. Pero si preguntas qué hacer en Kioto en dos días, dónde comer bien en Lisboa o cómo moverse por Islandia en invierno, la respuesta no está en una fórmula matemática. Está en la experiencia vivida. En los detalles. En la voz humana.
Y sin embargo, las IA ya están respondiendo por nosotros.
¿Qué pasa cuando ya nadie escribe?
Hasta ahora, Internet funcionaba porque alguien escribía. Y ese «alguien» lo hacía porque recibía algo a cambio: visibilidad, reconocimiento, ingresos. Pero si ese beneficio desaparece, y está desapareciendo, el incentivo para seguir creando también se esfuma.
¿Resultado? Cada vez habrá menos contenido nuevo. Menos experiencias compartidas. Menos información actualizada.
Y si las IA solo pueden responder basándose en lo que ya existe… ¿de dónde sacarán el conocimiento cuando ya no haya nadie escribiendo?
Así, entramos en un bucle perverso: las IA se alimentan del contenido humano, pero ese contenido humano deja de generarse porque las IA se lo apropian. Es el equivalente digital de comerse las semillas y esperar que siga creciendo el bosque.

La calidad está bajando. Y todos lo notamos.
Google, en su día símbolo de calidad en los resultados de búsqueda, ya no destaca por mostrar lo mejor. Ahora muestra lo que más le conviene: sus propias respuestas generadas por IA, seguidas de foros antiguos, anuncios interminables, vídeos aleatorios… y muy, muy abajo, quizás, algo útil.
Pero ya es tarde. Porque el 40% de las búsquedas no generan clics en ningún sitio.

Y para quienes vivimos o sobrevivimos de nuestro contenido, eso es letal. No ganamos nada con que Google resuma nuestro trabajo. Ganamos cuando alguien entra, nos lee, interactúa, comparte o compra algo tras seguir un enlace. Sin clics, no hay ingresos. Sin ingresos, no hay contenido. Sin contenido… no hay Internet.
La IA no sabe qué es verdad
Y por si fuera poco, la inteligencia artificial no distingue entre información veraz y un disparate convincente. De ahí las famosas alucinaciones, como cuando la IA de Google recomendó a los usuarios echar pegamento en su pizza. Literal.
¿Ese es el futuro que queremos? ¿Un Internet lleno de ruido, resúmenes genéricos y respuestas que suenan bien pero están mal?
Podríamos pensar que todo esto es fruto del caos. De una mala decisión. Pero no. Es una estrategia perfectamente calculada: Google ya no quiere darte una respuesta rápida. Quiere que te quedes. Que busques más. Que veas más anuncios. Que uses sus herramientas.
Cuantas más veces tengas que reformular tu búsqueda, más rentable eres.
El buscador más usado del planeta ya no está centrado en ayudarte a encontrar. Está centrado en que no te vayas.

La voz de los bloggers de viajes
Por supuesto no queremos que nuestra opinión sea la única tenida en cuenta por lo que hemos preguntado a otros creadores de contenido sobre su opinión sobre este tema. Hemos preguntado a:
- Milviatges, Blog veterano de viajes en familia creado por Jordi que combina historia, patrimonio y viajes culturales por todo el planeta.
- El Viaje de Sofi. Mónica y Miguel nos ofrecen un blog dirigido a chicas viajeras que buscan inspiración para organizar sus experiencias.
- Imanes de Viaje, uno de los blogs de viajes con más éxito, creado por Regi y Juanra, que comparten guías completas y consejos prácticos para planificar tus viajes.
- Viajeros Callejeros. Si buscas cualquier destino en Google, seguro que te sale en las primeras posiciones el blog de Vanessa y Roger que te ofrece grandes consejos y recomendaciones.
- La Opinión de Mamá. Verónica es un madre viajera, submarinista y amante de la fotografía que ofrece contenido familiar sobre viajes, ocio, recetas y manualidades, con un especial enfoque en aventuras compartidas con sus hijos.
El impacto más duro: blogs que han sufrido fuertes caídas
El cambio en los algoritmos de Google, la aparición de resultados generados por inteligencia artificial y el auge de formatos visuales e inmediatos como TikTok han provocado una caída abrupta en el tráfico de muchos blogs. Para algunos, ha sido casi un desmoronamiento.
- Milviatges lo resume sin rodeos: “Desde luego, la práctica totalidad de los bloggers de viaje hemos notado una bajada importante de las visitas orgánicas a nuestro blog. Incluso quienes lo niegan. En nuestro caso, superior al 70%.” Apuntan directamente a los cambios del buscador: “En los últimos meses, Google ha añadido un primer bloque dedicado a la IA, que suele dar respuesta a la pregunta efectuada por el usuario. Aunque esto simplifica la respuesta para el usuario (y nosotros mismos lo usamos), lo cierto es que ha supuesto otra piedra más en el camino para los bloggers de viaje.”
- En la misma línea, Mónica de El Viaje de Sofi identifica el update de octubre de 2023 como un punto de inflexión: “Ha sido un antes y un después para el blog. También nos afectó la actualización de marzo de 2024. A partir de ahí, con variaciones, el tráfico se ha estabilizado.” Tras consultar con expertos en SEO, no encontraron respuestas claras: “Un algoritmo es como un perfume, con muchos ingredientes para formar un resultado final, y quizás hubo tantas modificaciones en la fórmula que ni ellos mismos se esperaban ese resultado.”
- Para Imanes de Viaje, la caída también ha sido notable. Lo atribuyen no solo a Google, sino a un cambio de hábito de los usuarios que priorizan los videos cortos en las redes sociales: “A la gente le gusta consumir contenido inmediato de entretenimiento, pero creo que a la hora de organizar un viaje donde estén las opiniones reales que explicamos largo y tendido los blogs de viajes que se quite todo.”
Blogs que se adaptan, resisten o evolucionan
Otros creadores han vivido estos cambios con mayor estabilidad o, directamente, han encontrado formas de resistir o adaptarse. Algunos lo han logrado gracias a una comunidad fiel. Otros, manteniendo el blog como hobby sin presiones económicas.
Viajeros Callejeros es uno de los pocos casos en los que el tráfico no ha bajado aunque sí han crecido menos: “Estos cinco primeros meses hemos subido un 1% las visitas al año anterior”. Una parte importante de su resistencia está en su fiel comunidad que entra directamente sin utilizar ningún buscador: «Alrededor de 1 millón al mes de los 4 millones totales».
Por su parte, La Opinión de Mamá no ha visto una caída clara: “No he notado una caída en el tráfico del blog, pero sí más altibajos. Unos días puedo tener muchísimas visitas y otros, no me ha leído nadie” En su caso, la respuesta ha sido seguir aprendiendo: “Me adapto como puedo, hice un curso de redacción de artículos de viaje, intento poner muchas fotos y vídeos para que los posts sean más inmersivos.”
Ambos casos muestran que la fidelidad del lector y la evolución del formato pueden ser las mejores defensas frente al algoritmo.
¿Y ahora qué? El futuro de los blogs de viajes
Ante el cambio de reglas, todos los entrevistados coinciden en que los blogs tienen futuro, pero solo si se apoyan en su gran fortaleza: la experiencia personal.
- Imanes de Viaje lo tienen claro: “Seguimos creyendo en que somos una fuente de inspiración poderosísima y confiable. La inteligencia artificial por mucho que evolucione nunca va a poder dar una opinión o una experiencia real. A la hora de organizar un gran viaje nosotros seguimos leyendo blogs de viajes y seguiremos haciéndolo.”
- El Viaje de Sofi cree que el contenido superficial será sustituido por la IA, pero las búsquedas profundas seguirán dependiendo de una persona real: “La única forma de sobrevivir a los cambios es investigar, imitar a los casos de éxito y trabajar muy duro.”
- Milviatges diferencia entre quienes dependen económicamente del blog y quienes no: “Siempre hemos tenido nuestro trabajo y la monetización del blog suponía únicamente un sobresueldo del que podemos prescindir. Mientras nos siga motivando escribir sobre viajes seguiremos con el blog, tal cual nació hace 14 años, en un momento en que, la práctica totalidad de los blogs no era más que un hobby.”
- Viajeros Callejeros también miran al futuro desde la fidelidad de sus lectores: “Todo evoluciona y esto también aplica a cómo la gente prepara los viajes. Hace unos años era consultando foros, actualmente con blogs y, probablemente, de aquí a unos años los blogs quedarán para un público más reducido y las nuevas generaciones apostarán más por preparar sus viajes con IA o videos de TikTok.”
- Finalmente, La Opinión de Mamá resume el valor diferencial que ningún chatbot puede imitar: “Creo que si realmente a alguien le gusta viajar, leer un blog es algo más intenso que sólo leer la info de la IA ya que en el blog es hacer sentir al lector, lo que yo sentí estando en destino.”
¿Y qué podemos hacer como usuarios de Internet?
No todo está perdido. Pero sí depende de todos, de ti, de nosotros, de cualquiera que aún valore una Internet viva, diversa y humana, plantar cara a esta deriva. Porque tú que estás leyendo esto eres usuario de Internet… y nosotros también lo somos el 99% del tiempo cuando no estamos escribiendo.
Así que, más allá de quejarse, esto es lo que sí podemos hacer:
- No confíes ciegamente en la IA
- Úsala cuando realmente te aporte
- Cambia tu buscador predeterminado
- Sigue a tus creadores favoritos
Aunque haya avanzado a pasos agigantados, la inteligencia artificial sigue alucinando. Se inventa cosas. Mezcla fuentes. Desinforma. No tiene conciencia, ni criterio, ni sentido común.
Solo repite lo que ha aprendido, aunque esté mal. No ha viajado, no ha probado un restaurante, no se ha perdido en una ciudad. Úsala con cabeza. No dejes que decida por ti.
Aquí no estamos en contra de la IA. Nosotros también la usamos para mejorar contenido, generar ideas o automatizar tareas. Y en el ámbito profesional también. Pero, ¿para qué usarla para escribir un correo electrónico si tardas más en decirle lo que quieres que en escribirlo tú mismo?
No queremos leer novelas ni ver películas generados por IA. Ni queremos que nos construya un itinerario por una ciudad en la que nunca ha estado ni nos sugiera un museo que no existe cuando hay cientos de personas reales que sí lo han hecho y han escrito su experiencia real.
¿De verdad vas a dejar que una máquina elija tu próximo viaje?
Google ya no es lo que era. Lo decimos con pena, no con rabia. Pero es la realidad. Hay alternativas. Algunas con IA (como Bing con Copilot), otras más respetuosas con tu privacidad como DuckDuckGo o Ecosia, que incluso planta árboles con cada búsqueda.
El cambio no es radical. Pero es un gesto. Y los gestos, cuando se multiplican, marcan la diferencia.
Si tienes un blog favorito, guárdalo en tus marcadores. Síguelo en redes. Apóyalo. Porque, sinceramente, puede que en unos meses ya no aparezca en Google. Y si no sabes cómo volver a él, simplemente desaparecerá para ti.
Internet se construyó con millones de personas compartiendo lo que sabían. No dejemos que desaparezca en silencio.
¿Y qué tenemos que hacer los bloggers?
Frente a este nuevo escenario, tenemos solo dos opciones claras: tirar la toalla o adaptarnos a los nuevos tiempos. Y te confesamos que tirar la toalla no está ni entre nuestras opciones.
Esto es lo que planeamos hacer en los próximos meses para seguir aquí, vivos y relevantes:
- Diversificar las fuentes de tráfico
- Crear contenido no replicable por IA
- Generar contenido premium de pago
- Innovar y… (esto aún no te lo podemos contar)
- ¡Pero la toalla no la tiramos!
Como casi todos, hemos vivido dependiendo casi exclusivamente de “gustar a Google”. Gran parte de nuestro tráfico venía de ahí. Pero ya no podemos poner todos los huevos en la misma cesta.
Es hora de explorar otras fuentes: redes sociales, newsletters, colaboraciones, comunidades… cualquier camino que nos permita llegar directamente a ti, sin intermediarios que decidan nuestro destino.
El contenido meramente informativo está tocando fondo en los blogs. La inteligencia artificial puede replicar datos, pero no puede replicar emociones, experiencias auténticas ni voces únicas.
Tenemos que darle la vuelta a la tortilla, contar historias desde lo más personal, ser genuinos y únicos. Eso que solo un humano puede hacer.
No nos gusta mucho esta idea. Siempre hemos creído en compartir contenido de calidad de forma gratuita.
Pero la realidad nos obliga a replantear estrategias: ofrecer contenido exclusivo, profundo y valioso para quienes quieran apoyarnos. No es la opción ideal, pero puede ser necesaria para sostenernos.
Estamos trabajando en algo nuevo, algo que podría cambiar las reglas otra vez.
Pero eso, por ahora, queda en secreto.
Pronto habrá noticias.
Llevamos más de 15 años escribiendo, cientos de artículos que han acompañado y ayudado a miles de viajeros. Para nosotros es más que un blog: es una pasión, una forma de vivir y compartir el mundo.
No vivimos de esto, sino que lo que ingresamos nos ayuda a financiar futuros viajes y seguir escribiendo. Sabemos que el contenido gusta, que la comunidad es fiel.
El verdadero problema será cuando dejen de visitarnos porque simplemente no sabrán que existimos. Y por eso seguiremos luchando para que nuestra voz no se pierda en la vorágine del algoritmo.
El futuro de Internet y de los blogs está en juego. y tú también estás en él
Lo que está pasando no es solo un problema para los blogueros. Es un problema para todos los que usamos Internet.
Si permitimos que Google y las grandes empresas tecnológicas controlen qué información vemos y cómo la vemos, perderemos mucho más que tráfico o ingresos. Perderemos la diversidad, la riqueza de experiencias, el pulso humano que ha hecho de Internet un espacio abierto y vivo.
El fin de los blogs de viajes informativos y auténticos no solo es el fin de miles de creadores que ponen tiempo, dinero y pasión en cada palabra escrita. Es el comienzo de una internet cada vez más homogénea, superficial y controlada por algoritmos y máquinas.
¿Queremos eso? ¿Queremos que nuestra próxima búsqueda solo sea un resumen frío, impreciso y sin alma? ¿Queremos una Internet sin voces diversas ni historias únicas?
Si la respuesta es no, tenemos que actuar. Cambiar hábitos, apoyar a los creadores independientes, cuestionar las tecnologías que usamos, exigir transparencia y responsabilidad a las empresas que dominan la red.
Internet no está muerto, pero está herido. Y su recuperación depende de todos nosotros.
Porque al final, Internet somos todos.
Nota del autor:
Salvo en la sección titulada «La voz de los bloggers de viajes», todas las opiniones expresadas en este artículo pertenecen exclusivamente al autor.
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