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Paseo por Chueca y Malasaña, los barrios con más ambiente de Madrid

Visitar Chueca y Malasaña es descubrir dos caras de Madrid que, aunque diferentes, se complementan a la perfección. Chueca es color, diversidad y modernidad, un barrio que rebosa vida en cada terraza y en cada callejuela. Malasaña, en cambio, respira historia y rebeldía, con plazas que recuerdan las luchas del pueblo madrileño y rincones que aún conservan el espíritu de la movida. Separados por la Calle Fuencarral, juntos forman uno de los paseos más auténticos y vibrantes de la capital.

En este artículo te contamos qué ver en Chueca y Malasaña, sus plazas más animadas, iglesias sorprendentes, museos desconocidos y hasta anécdotas históricas que hacen que cada esquina tenga algo que contar. Prepárate para perderte en dos barrios que condensan la esencia de Madrid: tradición, cultura y ambiente a cualquier hora del día.

Vente con nosotros a conocer ambos barrios y sumérgete en una de las zonas con más encanto de Madrid. Para conocer ambos barrios te recomendamos este free tour por Chueca y Malasaña que te llevará por todos sus rincones y con el que podrás conocer las historias más desconocidas de ellos.

Qué ver en Chueca

Aunque hablamos de Chueca y Malasaña como si fueran barrios oficiales, en realidad no lo son. Ninguno de los dos aparece delimitado en los mapas administrativos de Madrid y sus nombres surgen del uso popular y de la historia cultural de la ciudad.

La Plaza de Chueca y sus alrededores

Comenzamos nuestro recorrido en la Plaza de Chueca, el corazón del barrio, que debe su nombre al compositor Federico Chueca, autor de zarzuelas que marcaron el siglo XIX en Madrid. Hoy la plaza es un hervidero de vida con músicos callejeros, terrazas llenas y una mezcla de gente que va y viene, disfrutando de un ambiente único en la ciudad.

Al salir de la plaza, perderse por sus estrechas calles es un placer. Cada esquina esconde edificios singulares, y muchas tiendas y bares donde el tiempo parece pasar más despacio. Muy cerca se encuentra el Mercado de San Antón, un mercado moderno que combina gastronomía de autor con puestos tradicionales, ideal para picar algo mientras se observa el ajetreo del barrio.

A pocos metros se llega a la Plaza de Pedro Zerolo, otro punto emblemático, famosa no solo por sus terrazas sino también por homenajear a uno de los grandes activistas por los derechos LGTBI en España. Y un paseo más adelante nos encontramos con la Plaza del Rey, hogar de la famosa Casa de las Siete Chimeneas. Esta construcción, que data del siglo XVI, está rodeada de leyenda y se dice que la presencia de un fantasma sigue haciendo acto de aparición en algunas noches, un misterio que añade un aire especial al recorrido.

Para cerrar esta primera parte de Chueca, caminamos hacia el norte por la Calle del Barquillo, que antaño estuvo repleta de tiendas de electrónica, hasta llegar a la Calle Fernando VI, límite del barrio. En este paseo, la mezcla de historia, arquitectura y vida cotidiana hace evidente por qué Chueca se ha convertido en uno de los barrios más vibrantes de Madrid.

Por cierto, en una esquina de la Calle Fernando VI con la Calle Pelayo, una de las más bonitas de Chueca, no debes dejar de mirar al Palacio de Longoria, un impresionante edificio modernista construido a principios del siglo XX por el arquitecto José Grases Riera para el empresario Javier González Longoria.

Su fachada curva y decorada con motivos escultóricos parece más propia de Barcelona que de Madrid. Hoy es la sede de la SGAE, pero aún conserva ese aire señorial que atrae miradas curiosas. Además, alrededor del palacio, la vida nocturna se mezcla con pubs históricos y algunas de las discotecas más conocidas de la ciudad, haciendo del barrio un lugar donde cultura y diversión conviven.

Los museos de Chueca

Chueca no es solo ambiente y ocio; también es un barrio lleno de cultura y patrimonio. Y tenemos varios museos que podemos visitar y que además no llevan demasiado tiempo. Si tienes la historia como afición, como nosotros, entonces son visita imprescindible al visitar Chueca.

El primero de ellos, muy cerca del punto anterior, es el Museo del Romanticismo, que nos transporta al siglo XIX. Ubicado en un palacio que por fuera parece modesto, en su interior se conserva una colección fascinante de pinturas, esculturas, mobiliario y objetos decorativos que ilustran la estética del movimiento romántico. Entre las curiosidades del Museo del Romanticismo, destacan retratos de autores y personajes de la época, y hasta el escritorio original de Mariano José de Larra, símbolo de un Madrid intelectual y creativo.

Chueca - Museo Romanticismo

Siguiendo el recorrido hacia el Museo de Historia de Madrid, junto al moderno Mercado de Barceló, encontramos otro imprescindible. Este museo gratuito permite recorrer la evolución de la ciudad desde que Felipe II la declaró capital en 1561 hasta principios del siglo XX. Entre sus colecciones, destacan maquetas de la ciudad, pinturas que reflejan la vida cotidiana de sus habitantes y esculturas históricas.

Un dato curioso del Museo de Historia de Madrid: en sus salas también se conservan objetos cotidianos de la vida madrileña antigua, como faroles, carros y utensilios domésticos, que ayudan a imaginar cómo era caminar por estas mismas calles hace siglos. Y además, es el museo perfecto para conocer más sobre la Guerra de la Independencia que se inició en 1808 y que enlaza con lo que vamos a visitar después, el barrio de Malasaña.

Las calles comerciales de Chueca

Después de empaparnos de la historia y la cultura de Chueca, es hora de recorrer sus calles más animadas y comerciales. La primera parada es la Calle Fuencarral, límite natural con Malasaña y una de las arterias más comerciales de Madrid. Aquí se mezclan tiendas de grandes marcas con boutiques originales, y el ambiente es constante con paseantes, turistas y locales disfrutando del bullicio urbano.

Paralela a Fuencarral, la Calle Hortaleza ofrece un recorrido más íntimo y variado. Entre cafeterías con historia, restaurantes modernos, librerías con encanto y pequeños comercios, destaca la Iglesia de San Antón, un edificio del siglo XVIII con un toque moderno que sorprende al visitante. Esta iglesia es famosa porque cada 17 de enero, día de San Antón, los madrileños acuden a bendecir a sus mascotas, una tradición que combina devoción y ternura en medio del barrio más moderno de la capital.

Cerca de la iglesia se encuentran las Escuelas Pías, hoy sede del Colegio de Arquitectos de Madrid, y la Fuente de San Antón, un pequeño rincón que muchos pasan por alto pero que añade carácter a la calle. Mientras paseamos por estas zonas comerciales, es imposible no notar cómo la historia y la modernidad conviven con edificios con siglos de antigüedad junto a locales innovadores que marcan tendencia.

Para cerrar el recorrido por Chueca, acabamos en la Plaza de la Luna, un lugar con encanto que conecta directamente con Malasaña. Esta plaza es perfecta para tomar un café, descansar y prepararse para descubrir el otro barrio que guarda aún más historias, leyendas y curiosidades.

Qué ver en Malasaña

Empezamos el recorrido por Malasaña en el mismo lugar donde acabamos el de Chueca enlazando así ambos barrios. Estamos en la Plaza de Santa María Soledad Torres Acosta. ¿Pero no era la de Luna? Pues así es. Es que todo el mundo en Madrid la conoce como Plaza de la Luna. De hecho, creemos que si preguntas por su nombre real, nadie te la sabe ubicar.

Las iglesias del Barrio de Malasaña

Seguro que te estás preguntando de dónde viene el nombre de Plaza de la Luna si la plaza no se llama así. Antiguamente, la farola central iluminaba el espacio y la luz de la luna se reflejaba en los edificios, creando un ambiente mágico que los vecinos recordaban con cariño. Con el tiempo, este nombre popular se consolidó y hoy casi nadie usa el oficial.

Ahora que ya hemos desvelado este misterio es hora de que te fijes en la Iglesia de San Martín de Tours,de estilo barroco, reconstruida a mediados del siglo XIX tras la demolición de la iglesia anterior por orden de José Bonaparte. Su interior alberga sepulturas y detalles artísticos que conectan con la historia de Madrid y con personajes locales. Entre ellos, destaca la tumba de Alexia González-Barros, conocida por la película Camino, que convierte a la iglesia en un lugar de memoria y recogimiento.

Al otro lado de la plaza, en la estrecha Calle de Silva, se encuentra la Iglesia de la Buena Dicha, un edificio de estilo mudéjar que pasa desapercibido para muchos. Su fachada discreta esconde un interior que refleja siglos de historia y devoción, recordando cómo las iglesias de Madrid han evolucionado y se han adaptado a los cambios urbanos.

Desde la Plaza de la Luna parte la Corredera Baja de San Pablo, que nos conduce hasta la Iglesia de San Antonio de los Alemanes, una auténtica joya escondida del barrio. Por fuera parece una construcción modesta, pero su interior es una explosión de arte barroco con frescos cubriendo paredes y bóvedas, un retablo mayor imponente y esculturas que completan un conjunto visual espectacular. Es uno de los secretos mejor guardados de Madrid, y la experiencia de descubrirlo convierte a esta visita en algo inolvidable.

Madrid - San Antonio de los Alemanes

Este primer paseo por Malasaña muestra cómo historia, religión y tradición se entrelazan con la vida cotidiana, preparándote para descubrir las plazas, calles alternativas y teatros que hacen de este barrio uno de los más carismáticos y auténticos de la ciudad.

La Plaza del Dos de Mayo

Continuamos nuestro recorrido por Malasaña callejeando por sus estrechas y históricas callejuelas, como la Calle del Pez o la Plaza de San Ildefonso disfrutando del ambiente único del barrio, sus bares alternativos y sus tiendas con carácter propio hasta llegar a la Plaza del Dos de Mayo, el corazón del barrio.

En el centro de la plaza se encuentra un arco bajo el cual están las esculturas de Daoiz y Velarde, héroes que murieron defendiendo Madrid frente a las tropas francesas durante el levantamiento del 2 de mayo de 1808. Estas figuras recuerdan la antigua presencia del Cuartel de Monteleón, cuya puerta de entrada se conserva bajo el arco.

Si quieres hacer una ruta por la historia del 2 de mayo no te pierdas nuestro artículo dedicado a ello.

El barrio también rinde homenaje a Manuela Malasaña, la joven heroína que dio nombre a la zona. La calle dedicada a ella alberga el Teatro Maravillas y numerosas tiendas alternativas que muestran la personalidad rebelde y creativa del barrio. Malasaña es un lugar donde la historia convive con la vida contemporánea, y cada rincón tiene algo que contar.

Las calles del barrio están repletas de teatros que permiten disfrutar de la oferta cultural de Madrid. Además del Teatro Maravillas, destacan el Alfil, el Lara, el Victoria y el Microteatro, donde se representan obras de solo 15 minutos para un máximo de 15 espectadores, ofreciendo experiencias teatrales íntimas y originales.

Las esculturas urbanas del Barrio de Malasaña

Paseando por las calles seguro que te habrás ido encontrando con diferentes esculturas sin saber muy bien lo que representan pero que le dan un aire muy especial a Malasaña. Si no las has visto todas, te animamos a ir a buscarlas porque merecen la pena.

La más famosa de las esculturas es la de Julia, situada al final de la Calle del Pez apoyada en la pared y con varios libros en los brazos. Representa a una estudiante llamada Julia que quiso estudiar en el siglo XIX cuando las mujeres lo tenían prohibido y se tuvo que disfrazar de chico para ir a la universidad.  Hay que decir que el Barrio de Malasaña se encuentra en el barrio de nombre oficial Universidad, ya que aquí se encontraba la Universidad de Madrid.

Otra de las esculturas que te puedes encontrar es La Paseante, situada en la Calle Palma. Representa una chica paseando que se gira para ver lo que hay en la Escuela de Arte La Palma, frente a la que se encuentra situada.

La Joven Caminando, situada en la Plaza de San Ildefonso, es otra de estas esculturas urbanas de bronce que puedes admirar y que con unas carpetas bajo el brazo parece dirigirse a la escuela de arte anterior.

Por último, debemos mencionar a La Lectora Empedernida, otra escultura con un estilo más abstracto que las anteriores y que se encuentra en la Plaza del Dos de Mayo.

¿Qué te ha parecido la ruta por Chueca y Malasaña?

Recorrer Chueca y Malasaña es sumergirse en la historia de Madrid, descubrir leyendas, arte escondido y tradiciones que se mantienen pese al paso del tiempo. Cada rincón nos cuenta una historia diferente y nos invita a mirar más allá de lo evidente.

Estos barrios demuestran cómo lo popular y lo histórico, lo moderno y lo tradicional, pueden convivir en perfecta armonía.

Si estás planeando tu visita, tómate tu tiempo. Pasea, observa, conversa con la gente del barrio y déjate sorprender. Al final, recorrer Chueca y Malasaña es una experiencia para sentir Madrid en cada paso, dejarse llevar por su energía y descubrir que cada calle tiene algo que contar.

También puedes leer nuestros artículo sobre otros barrios cercanos:

Mapa con los puntos de interés de Chueca y Malasaña

LugaresMadrid

1 comentario en «Paseo por Chueca y Malasaña, los barrios con más ambiente de Madrid»

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