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Qué ver en Segovia en 1 día. Ruta completa para enamorarte de la ciudad

¿Se puede descubrir Segovia en un día y sentir que has viajado siglos atrás? Nosotros creemos que sí. Pocas ciudades logran concentrar tanta historia, belleza y sabor en tan poco espacio. En cuanto asoma el Acueducto entre las calles, uno tiene la sensación de que el tiempo se detiene… y de que lo que está a punto de ver no se olvida fácilmente.

Segovia no es una ciudad para recorrer deprisa, pero en un día bien aprovechado se puede vivir con intensidad. Y lo mejor de Segovia es que todo está tan cerca que podemos recorrerlo en un día sin prisas, dejándonos sorprender por sus plazas, callejuelas y monumentos. Aunque si tienes más días no dejes de leer nuestros artículo con lo mejor qué ver en Segovia en 2 días el de la ruta en coche de 3 días por la provincia de Segovia.

En esta guía te proponemos una ruta completa para conocer lo mejor de Segovia en un día, ideal tanto si llegas desde Madrid en tren o coche como si haces noche en la ciudad. Incluimos consejos prácticos, curiosidades y los rincones más fotogénicos para que exprimas cada minuto sin sentir que vas con prisa.

Cómo llegar a Segovia desde Madrid y otras ciudades

Antes de comenzar nuestro recorrido de un día por Segovia, es importante saber cómo llegar a esta joya castellana. Por suerte, Segovia está muy bien comunicada, especialmente con Madrid, lo que la convierte en una excursión perfecta tanto para turistas como para locales.

  • Desde Madrid en tren (AVE o Media Distancia). La opción más rápida y cómoda. El AVE desde Madrid-Chamartín tarda unos 25-30 minutos hasta la estación de Segovia-Guiomar, que está a unos 6 km del centro. Desde allí puedes tomar un autobús urbano (línea 11) o un taxi, y en menos de 15 minutos estarás frente al Acueducto. Si madrugas y coges el tren de las 8:00 o 9:00, podrás aprovechar el día entero sin prisas.
  • En coche desde Madrid. Si prefieres ir a tu ritmo, llegar en coche también es muy fácil. Desde Madrid solo hay que seguir la A-6 y luego la AP-61, con un peaje de unos 6 €. En total son unos 90 km, poco más de una hora de trayecto. Hay varios aparcamientos públicos, siendo el del Acueducto el mejor para empezar la visita. Esta es la opción que solemos elegir. Importante: el centro de Segovia tiene zonas restringidas al tráfico, así que olvídate de intentar aparcar junto al Alcázar..
  • En autobús. El autobús es la opción más económica, aunque algo más lenta. La empresa Avanza cubre el trayecto Madrid (Moncloa) – Segovia en unas 1 h 20 min, con paradas cerca del Acueducto. Si no tienes prisa, puede ser una buena forma de viajar disfrutando del paisaje de la sierra
  • Desde otras ciudades. Segovia también está bien conectada con ciudades como Valladolid, Salamanca o Ávila mediante trenes AVE o Media Distancia y autobuses.

Lo mejor que ver en Segovia en un día. ruta completa por sus monumentos y rincones históricos

Antes de comenzar nuestro recorrido por lo mejor que ver en Segovia en un día, queremos recomendarte una opción que puede enriquecer aún más tu visita: el free tour por Segovia. Es una forma ideal de descubrir la ciudad con guía local, conocer anécdotas que no aparecen en los libros y entender el contexto histórico de cada rincón. Nosotros lo hicimos en una ocasión y salimos con la sensación de haber viajado en el tiempo.

En nuestros viajes a Segovia solemos dejar el coche en el parking que hay junto al Acueducto y desde ahí vamos a empezar el recorrido. Ahora sí, nos ponemos en marcha. ¿Nos acompañas?

El Acueducto, el principal atractivo que visitar en Segovia

Comenzamos nuestro recorrido por Segovia en un día frente a su símbolo más universal, el Acueducto de Segovia. Y aunque lo hayas visto mil veces en fotos, estar aquí, justo debajo de sus arcos, te deja sin palabras. No hay mejor forma de empezar esta ruta que contemplando esta obra maestra de la ingeniería romana, que lleva más de 2.000 años desafiando el tiempo sin una sola gota de cemento.

Construido entre los siglos I y II, probablemente bajo los emperadores Vespasiano y Trajano, el acueducto tenía una función muy práctica, que no era otra que transportar agua desde el manantial de la Fuenfría, a unos 15 kilómetros de la ciudad. Pero lo que lo hace único no es solo su utilidad, sino su monumentalidad. Aquí, en la zona más espectacular, se alza con 167 arcos y una altura que alcanza los 28 metros, todo ello formado por más de 20.000 bloques de granito colocados en seco, sin argamasa.

Una leyenda que nos contaron una vez

Se dice que una joven criada, harta de subir agua desde el valle cada día, pidió ayuda al diablo. Este aceptó construir el acueducto en una sola noche, a cambio de su alma. Pero justo antes de colocar la última piedra, el sol salió y el demonio perdió su apuesta. Por eso, si te fijas bien, verás una hornacina con la figura de la Virgen en uno de los arcos, colocada allí para proteger a la ciudad del pacto infernal.

Además de su historia y leyenda, el acueducto tiene detalles que pocos conocen. Por ejemplo, el agua no llegaba directamente a la ciudad, sino que pasaba por dos depósitos: el Caserón, donde se recogía, y la Casa de Aguas, donde se decantaba y filtraba. Solo entonces seguía su camino hacia el corazón de Segovia.

Segovia en 1 día - Acueducto

Merece la pena rodearlo, subir por las escaleras laterales y admirarlo desde arriba. Desde aquí, la vista es aún más impresionante. Y aunque el acueducto es el monumento más famoso que ver en Segovia en un día, lo que viene a continuación nos va a seguir sorprendiendo.

La Plaza del Azoguejo, el corazón comercial y social de la Segovia medieval

Tras admirar el Acueducto desde todos sus ángulos, descendemos hasta la Plaza del Azoguejo, ese espacio abierto que abraza los arcos del monumento. Aquí, donde hoy se cruzan turistas, tiendas y terrazas, se encontraba el antiguo mercado de la ciudad, el lugar donde los segovianos venían a comerciar, charlar y enterarse de las noticias del día.

El nombre “Azoguejo” proviene del árabe as-suq, que significa mercado, y durante siglos fue el epicentro de la vida urbana. Puedes imaginar fácilmente el bullicio medieval con sus puestos de frutas, especias, telas, y el sonido de las campanas marcando el ritmo de la jornada. En esta plaza se celebraban ferias, actos públicos e incluso juicios al aire libre.

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Hoy, además de ser punto de encuentro, aquí se encuentra la Oficina de Turismo, ideal para recoger mapas o apuntarse a visitas guiadas. Aunque tengas prisa por seguir conociendo Segovia, conviene detenerse un momento para observar los edificios que rodean la plaza. Muchos de ellos conservan elementos tradicionales, como balcones de forja y fachadas de piedra, que nos recuerdan que Segovia ha sabido conservar su esencia a pesar del paso del tiempo.

La Plaza del Azoguejo es el lugar donde la historia y la vida cotidiana se dan la mano. Y desde aquí, nos adentramos en la Calle Cervantes , el eje vertebrador de la ciudad antigua, que nos lleva hasta la Plaza Mayor aunque antes cambia su nombre a Calle Juan Bravo y luego a Isabel la Católica.

La Calle Cervantes

Desde la Plaza del Azoguejo, comenzamos a subir por la Calle Cervantes, una vía que nos introduce de lleno en el casco histórico de Segovia. Aunque su nombre cambia más adelante, este primer tramo ya nos regala una mezcla de historia, arquitectura y vistas que merece la pena admirar sin prisas.

La Calle Real

La Calle Real es el nombre no oficial que recibe el eje formado por la Calle Cervantes, la Calle Juan Bravo y la Calle Isabel la Católica que unen el Acueducto con la Plaza Mayor. Que no os pase como a nosotros la primera vez que visitamos Segovia que la buscábamos en el mapa…pero no existía.

A nuestra izquierda aparece primero el Mirador de la Canaleja, uno de esos rincones que muchos pasan por alto pero que ofrece una panorámica preciosa del Barrio de San Millán y de la misteriosa Montaña de la Mujer Muerta, parte de la Sierra de Guadarrama. La silueta de esta montaña, que parece una mujer yacente, ha inspirado leyendas locales que hablan de princesas, traiciones y amores imposibles.

Justo al lado se encuentra el Teatro Cervantes, y frente a él, la Casa de los Picos, uno de los edificios más singulares que visitar en Segovia. Su fachada, cubierta por puntas de diamante, recuerda a la Casa de las Conchas de Salamanca. Pero lo curioso es que antes se llamaba Casa del Judío, y fue rebautizada tras la reforma que le dio su aspecto actual. En su interior se encuentra hoy la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos.

un día en segovia

Nos detenemos ante una placa que pasa desapercibida para muchos: aquí estaba la Puerta de San Martín, por donde los Reyes Católicos entraron en la ciudad tras jurar los fueros de Segovia. Un momento clave que marcó la relación entre la corona y la ciudad, y que aún se recuerda con orgullo.

Seguimos caminando y llegamos a la Plaza del Platero Oquendo, donde se encuentra el Palacio del Conde Alpuente, con sus ventanas góticas y una fachada de cuento medieval. Si nos desviamos por la callejuela junto al palacio, llegamos a La Alhóndiga, antiguo almacén de cereales que hoy funciona como sala de exposiciones. Otro ejemplo de cómo Segovia ha sabido reutilizar su patrimonio sin perder su esencia.

La Calle Cervantes es una galería al aire libre que nos conecta con siglos de historia, leyendas y vida cotidiana. Y cada paso nos acerca a la siguiente parada: la Plaza de Medina del Campo, donde la historia se vuelve aún más intensa.

Plaza de Medina del Campo

Seguimos ascendiendo por la calle Juan Bravo y, casi sin darnos cuenta, desembocamos en una de las plazas más pintorescas y cargadas de historia de Segovia, la Plaza de Medina del Campo donde el tiempo parece haberse detenido. Nos rodean edificios nobles, esculturas con mensaje y una iglesia románica que nos observa desde lo alto.

Lo primero que llama nuestra atención es la Iglesia de San Martín, construida en el siglo XII sobre una antigua mezquita. Su estilo románico, con arcos de medio punto y un campanario robusto, nos recuerda que Segovia fue frontera entre culturas durante siglos. Nos acercamos a su pórtico, donde aún se conservan capiteles decorados con escenas bíblicas y figuras fantásticas.

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En el centro de la plaza se alza la estatua de Juan Bravo, espada en mano, como si aún liderara la revuelta comunera. Este caballero segoviano fue uno de los líderes del levantamiento contra Carlos V en 1520, y aunque la rebelión terminó en derrota, su figura se convirtió en símbolo de resistencia y orgullo local. A sus pies, dos esfinges neoclásicas custodian la escalinata, un detalle que pocos conocen y que añade un aire casi mitológico al conjunto.

¿Quién fue Juan Bravo y por qué es tan importante en la historia de Segovia?

Juan Bravo fue uno de los líderes de la Rebelión de las Comunidades de Castilla en el siglo XVI, un movimiento que enfrentó a los ciudadanos castellanos contra el poder central del joven rey Carlos I (futuro emperador Carlos V). Nacido en Segovia, Bravo se convirtió en símbolo de resistencia y dignidad frente a los abusos del poder real. Junto a Padilla y Maldonado, encabezó la revuelta que buscaba defender los fueros, la autonomía municipal y los intereses del pueblo frente a la influencia extranjera. Aunque la rebelión fue sofocada y Bravo ejecutado en Villalar en 1521, su figura quedó inmortalizada como héroe comunero.

Nos fijamos también en el Torreón de Lozoya, una casa-fuerte del siglo XV que perteneció a una poderosa familia segoviana. Hoy alberga exposiciones, pero su estructura original, con almenas, patio interior y ventanas geminadas, nos lleva a la época en que la nobleza vivía entre intrigas y alianzas.

La plaza está llena de vida con terrazas, turistas, vecinos que se saludan. La Plaza de Medina del Campo no es solo una parada en nuestra ruta por lo mejor que visitar en Segovia, es un cruce de caminos entre la historia, la arquitectura y la memoria colectiva.

Antes de llegar a la Plaza Mayor, hacemos una breve parada en la Plaza del Corpus, un rincón tranquilo que guarda una historia poco conocida. Aquí se encuentra el Convento del Corpus Christi, que en realidad fue la Sinagoga Mayor de Segovia antes de la expulsión de los judíos en 1492. Aunque el edificio ha sido transformado, aún conserva elementos arquitectónicos que nos hablan del pasado judío de la ciudad. Es un lugar que invita a la reflexión, donde las piedras parecen susurrar memorias de convivencia, fe y ruptura.

La Plaza Mayor de Segovia

Por fin llegamos a la Plaza Mayor de Segovia, el corazón palpitante de la ciudad. Aquí confluyen historia, arquitectura, vida local y momentos que marcaron el destino de Castilla. Nos detenemos en medio de la plaza, rodeados de soportales, terrazas y edificios que han visto pasar siglos de historia.

La plaza, tal como la vemos hoy, tomó forma en el siglo XVII gracias a una política urbanística que buscaba ordenar el espacio público y convertirlo en centro administrativo y comercial. Pero su historia es mucho más antigua. En uno de sus rincones se alza la Iglesia de San Miguel, donde el 13 de diciembre de 1474 fue proclamada Isabel la Católica como Reina de Castilla, un hecho que cambió el rumbo de la monarquía hispánica. Imagínate la escena: nobles, clérigos, pueblo llano… todos reunidos en este mismo lugar para presenciar un momento decisivo.

La proclamación de Isabel la Católica en Segovia

La muerte de su hermano, el rey Enrique IV, había dejado el trono en disputa, y Segovia fue la ciudad elegida para legitimar su ascenso. Ante nobles, clérigos y ciudadanos, Isabel fue reconocida como soberana en una ceremonia cargada de simbolismo político. Este acto no solo consolidó su poder, sino que marcó el inicio de una nueva etapa en la monarquía castellana, que culminaría con la unión de los reinos y el nacimiento de España como entidad política.

Frente a nosotros se encuentra el Ayuntamiento de Segovia, con su fachada de granito, sus torres con chapiteles de pizarra y un reloj que marca el ritmo de la ciudad. En su interior, la Sala Blanca guarda un fresco que representa la toma de Madrid en el siglo XI por parte de dos capitanes segovianos, una historia que pocos conocen y que demuestra el papel estratégico de Segovia en la historia medieval.

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También destaca el Teatro Juan Bravo, inaugurado en 1918 y dedicado al héroe comunero. Su fachada neoclásica contrasta con el entorno medieval, pero le da a la plaza un aire cultural que sigue vivo con representaciones teatrales y eventos durante todo el año.

Y por supuesto, no podemos dejar de mencionar la Catedral de Segovia, que se alza majestuosa en uno de los extremos de la plaza. Su ábside y cúpula dominan el paisaje urbano, y su presencia marca el siguiente capítulo de nuestro recorrido por lo mejor que ver en Segovia en un día.

La Catedral de Segovia

Desde la Plaza Mayor, la Catedral de Segovia se alza imponente, como si vigilara la ciudad desde su trono de piedra. La llaman la “Dama de las Catedrales”, y no es para menos. Su elegancia gótica tardía, su verticalidad y su equilibrio arquitectónico la convierten en una de las últimas grandes catedrales construidas en España en estilo gótico, ya en pleno siglo XVI.

Accedemos por la Puerta del Perdón, situada en la Calle Marqués del Arco, y al cruzarla sentimos que entramos en otro mundo. La Capilla Mayor, con su retablo dorado, nos recibe con solemnidad. A ambos lados, el Coro y las capillas laterales guardan secretos de familias nobles, santos locales y devociones antiguas. Cada capilla tiene su historia, y algunas aún conservan escudos, lápidas y obras de arte que han sobrevivido guerras, incendios y reformas.

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Nos detenemos ante los vitrales, que filtran la luz con tonos azules, rojos y dorados. Muchos de ellos narran escenas bíblicas, pero también hay detalles que solo se aprecian si se mira con calma como figuras escondidas, símbolos alquímicos, incluso representaciones de gremios medievales que financiaron parte de la construcción.

El Claustro, de estilo renacentista, es otro de esos rincones que invitan al silencio. Paseamos entre sus columnas, observamos los sepulcros y nos dejamos envolver por la atmósfera de recogimiento.

La Catedral no solo es uno de los monumentos imprescindibles que ver en un día, es también un testimonio vivo de la espiritualidad, el poder y el arte que han definido a esta ciudad durante siglos. Al salir, volvemos a la luz de la calle y seguimos nuestro camino hacia otro de los grandes hitos de la jornada: el Alcázar de Segovia.

La Plaza de la Merced y el Barrio de Canonjías

Vamos camino del Alcázar, al que estamos deseando llegar desde hace tiempo. Pero caminando por la Calle Marqués del Arco vamos a descubrir primero otros puntos de interés que conocer en Segovia que merecen la pena.

Pronto llegamos a la Plaza de la Merced, un rincón sereno que parece resistirse al bullicio turístico. Aquí se encuentra la Iglesia de San Andrés, de estilo románico, rodeada de un pequeño espacio verde ideal para descansar unos minutos. Nos sentamos en uno de sus bancos y sentimos que estamos en una Segovia más íntima, más vecinal.

Muy cerca, descubrimos un pequeño convento de carmelitas que guarda una historia singular. Por un lado fue fundado por Santa Teresa de Jesús, y por otro, en él ofició su primera misa San Juan de la Cruz. Dos gigantes de la espiritualidad española que dejaron huella en esta ciudad. Este detalle, que pocos conocen, convierte el lugar en un punto de peregrinación silenciosa para quienes buscan algo más que monumentos.

Desde aquí accedemos al Barrio de Canonjías, uno de los mejor conservados de la parte alta de Segovia. Su nombre proviene de los canónigos, clérigos que vivían en esta zona y que gozaban de privilegios e inmunidad por su condición eclesiástica. Paseamos por las calles Daoíz y Velarde, flanqueadas por casas de piedra, portones de madera y escudos nobiliarios que nos hablan de una época en la que la Iglesia tenía tanto poder como el rey.

Este barrio, alejado del circuito más turístico, nos regala una visión distinta de Segovia, la de una ciudad que fue centro religioso, intelectual y político. Y desde aquí, con el murmullo del pasado aún en los oídos, nos dirigimos al gran protagonista del final de nuestra ruta.

El Alcázar de Segovia

Tras cruzar el Barrio de Canonjías, una verja nos anuncia que estamos a punto de llegar a uno de los monumentos más emblemáticos que ver en Segovia en un día: el Alcázar de Segovia. Su silueta, que parece sacada de un cuento de hadas, se alza sobre un promontorio rocoso en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores. No es casual que muchos digan que inspiró los castillos de Disney ya que su perfil, con torres puntiagudas y muros dorados por el sol, es sencillamente inolvidable.

Pero más allá de su estética, el Alcázar es un testigo privilegiado de la historia de España. Construido en el siglo XII como fortaleza, pronto se convirtió en residencia real, archivo, cárcel y finalmente en Academia de Artillería, función que aún conserva en parte. Reyes como Alfonso X el Sabio escribieron aquí sus obras, y en sus salones se celebraron bodas, coronaciones y conspiraciones.

ver en segovia - Alcazar

Entramos por el patio de armas y comenzamos la visita. Cada sala tiene su propia atmósfera. La Sala del Trono, con sus artesonados mudéjares; la Sala de los Reyes, donde se representan los monarcas de Castilla en una galería escultórica única; y la Sala de la Chimenea, que nos recuerda los inviernos duros de la meseta. En cada rincón hay escudos, tapices, mobiliario y detalles que nos hablan de poder, arte y estrategia.

Subimos a la Torre de Juan II, y desde lo alto contemplamos una de las vistas más espectaculares de Segovia. A nuestros pies, el río serpentea entre árboles, y al fondo se dibujan las murallas, la Catedral y los tejados rojizos del casco antiguo. Es el momento perfecto para entender por qué este lugar fue elegido como bastión defensivo y residencia regia.

Antes de marcharnos, nos acercamos al monumento a los Héroes del 2 de Mayo, situado en los jardines exteriores. Es un homenaje a los segovianos que participaron en la resistencia contra la invasión napoleónica, otro capítulo que demuestra el carácter firme y orgulloso de esta ciudad.

La Judería y el Barrio de San Esteban

Desde el Alcázar, regresamos hacia la Plaza Mayor, pero esta vez nos desviamos hacia la derecha bordeando las murallas, donde se extiende la antigua Judería de Segovia. Aunque hoy queda poco de su trazado original, caminar por sus callejuelas estrechas nos permite imaginar cómo vivía aquí la comunidad sefardí antes de su expulsión en 1492. La Sinagoga Mayor, que vimos antes, es uno de los pocos vestigios que aún nos hablan de esa convivencia truncada.

En la Judería de Segovia, nos adentramos en un laberinto de calles con nombres que evocan el pasado: Judería Vieja, Calle del Sol, Calle de la Almuzara. Este barrio, menos transitado por los turistas, nos regala una Segovia más íntima y más reflexiva. Así llegamos a la Plaza Mayor, que cruzamos, para seguir nuestro recorrido.

Al norte de la Plaza Mayor, nos dirigimos ahora al Barrio de San Esteban, donde la arquitectura románica alcanza su máxima expresión. La Iglesia de San Esteban, con su imponente torre románica, una de las mejores del mundo.

Segovia

Muy cerca se encuentra la Casa Museo de Antonio Machado, donde el poeta vivió durante sus años como profesor de francés en Segovia. Hicimos esta visita guiada a la Casa Museo de Antonio Machado y recorrimos sus estancias humildes, llenas de libros, manuscritos y recuerdos. En el patio, una placa recoge uno de sus versos más célebres: “Caminante, no hay camino…”. Aquí, más que en ningún otro lugar, sentimos que la historia de Segovia no solo se cuenta en piedra, sino también en palabras.

Este último tramo de nuestra ruta por lo mejor que ver en Segovia en un día nos deja con una sensación de plenitud. Hemos recorrido monumentos, escuchado leyendas, descubierto rincones ocultos y caminado por la historia de una ciudad que nunca deja de sorprender.

Qué ver en Segovia en un día y por qué siempre querrás volver

Después de recorrer sus calles empedradas, admirar sus monumentos milenarios y descubrir historias que no aparecen en las guías convencionales, podemos decir que Segovia deja una huella profunda. Esta ciudad nos ha ofrecido mucho más que una excursión, nos ha regalado un viaje por el tiempo.

Y aunque hemos visto lo esencial, sabemos que Segovia guarda aún más secretos. Por eso, si tienes la oportunidad de volver, te recomendamos explorar con calma sus museos, conventos, jardines y alrededores como La Granja o el Valle del Eresma. Cada visita a Segovia es distinta, y siempre hay algo nuevo que descubrir.

Esperamos que esta ruta te haya ayudado a planificar qué ver en Segovia en un día, y que te animes a vivirla como lo hicimos nosotros, con curiosidad, con calma y con los ojos bien abiertos. Para más información sobre lo mejor que ver en Segovia puedes visitar su página oficial de turismo.

Preguntas frecuentes sobre qué ver en Segovia en un día

¿Se puede ver Segovia en un solo día sin perderse lo esencial?
Sí. La ciudad está diseñada para ser recorrida a pie, y sus principales monumentos están muy cerca unos de otros. Con una buena planificación, puedes disfrutar de lo más importante sin prisas.

¿Cuál es el mejor punto para comenzar la visita?
El Acueducto es el lugar ideal para empezar. Además de ser el símbolo de la ciudad, está cerca de aparcamientos y conecta directamente con el casco histórico.

¿Dónde comer durante la visita?
Las zonas con más oferta gastronómica están en la Plaza del Azoguejo, la Plaza Mayor y la Plaza de Medina del Campo. No te vayas sin probar el cochinillo segoviano.

¿Qué ropa y calzado llevar?
Calzado cómodo es imprescindible. En invierno conviene abrigarse bien, y en verano es recomendable llevar gorra y protección solar, ya que el sol puede ser intenso.

¿Se puede visitar el interior del Alcázar y la Catedral en un día?
Sí. Ambos monumentos se pueden visitar en una jornada. Lo ideal es reservar las entradas con antelación, sobre todo en fines de semana o temporada alta. El Alcázar de Segovia es un lugar muy visitado y conseguir entradas es relativamente fácil pero no lo es tanto si quieres subir a la Torre de Juan II. Conviene sacar las entradas con tiempo para elegir la hora que quieras o corres el riesgo de que no haya disponibles.

¿Hay rincones menos turísticos que merezcan la pena?
Sí. El Barrio de Canonjías, la Judería y el entorno de San Esteban ofrecen una visión más tranquila y auténtica de Segovia, con mucha historia y menos aglomeraciones.

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